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"Mi tío Alan” y "toda su batería" (audio de Gerald Oropeza): la caída de Alan García.

Publicado: 2015-10-12

Alan García está pasando por un momento muy crítico. La desesperanza, el pesimismo y una irritabilidad inusual deben haber tomado por asalto su estado de ánimo. ¿Por qué? Por la difusión de un audio de Gerald Oropeza, grabado en su lujosa y cómoda estadía en Salinas, Ecuador, que puede ser –si se comprueba su veracidad- la pieza que vincule a Alan García con el capitoste del clan Oropeza, investigado por lavado de activos y tráfico de cocaína.  

¿Qué dice el audio de Gerald Oropeza que recorre las redes sociales y medios de comunicación? Antes de transcribir el audio debemos señalar que dicho audio fue encontrado en el celular de Oropeza por la Policía ecuatoriana. Así que, señor expresidente Alan García, no se ha armado una “patraña” contra usted. 

Veamos, entonces, lo medular que dice el “Tony Montana” peruano:

“Te acuerdas de mi tío Alan, no. Ya. Toda su batería está a disposición de todos nosotros para cualquier cosita. Gente por todos lados”

¿A que “tío Alan” se refiere Gerald Oropeza? ¿Se refiere expresidente Alan García? Para responder a quién se refiere vamos a analizar por separado “tío Alan” y “batería”. Por un lado, en argot popular, se llama “tío” a una persona mayor. Es, además, una forma de referirse con cariño a esa persona mayor de 60 años. Y, Alan García es mayor: tiene 66 años. Hasta aquí le cae el término de “tío”.

Pero llamarle “tío” por la edad que tiene Alan García es insuficiente para afirmar que Gerald Oropeza se haya referido a él como “tío Alan”. Hay algo muy concreto para confirmar o descartar que se refiere a Alan García: ¿algún familiar o miembro de la organización –cuyo organigrama detallado fue presentado públicamente por la Policía– de Oropeza se llama Alan? No. Nadie lleva ese nombre. Ergo: es posible que Oropeza se pueda estar refiriendo a Alan García.

De otro lado, la palabra “batería” –en el argot popular y el mundo narco– se refiere a un conjunto de contactos en instituciones que los protegen. Traduciendo en términos prácticos son contactos –obviamente de alto y mediano nivel– en las instituciones que tienen –recuerden que eso lo dijo antes de su captura– la responsabilidad de capturarlo (la policía), o –si lo capturan- de investigarlo (fiscalía), o de juzgarlo (jueces).

En conclusión: al “tío Alan” que Gerald Oropeza se refería sería Alan García, pues es –por haber sido expresidente de la República- el único que puede poner a disposición “toda su batería”, es decir, sus contactos en las instituciones (instrumentos) para proteger a Oropeza y sus compinches de “cualquier cosita”. Esta es una de las hipótesis o supuestos que más se aproxima a la realidad. Y es la versión que recorre las calles y las redes sociales.

No se trata de una hipótesis descabellada o –como ha escrito Alan García en su cuenta de Twitter– armada. No es así. Es vox populi que el APRA controla el Ministerio Público, el Poder Judicial y cierta influencia en la Policía. Eso quedo claro cuando la Policía Nacional no quiso capturar a Gerald Oropeza y dejó que se fugue al Ecuador. Tuvo protección policial. ¿Por qué lo protegieron? ¿Quién era el más interesado en que no lo capturen? Alan. No podemos descartar la posible influencia de Alan García.

Existen otros datos empíricos que pueden dar cierta verosimilitud a lo dicho por Gerald Oropeza. La asistencia –en el 2011- de Alan García y otros altos dirigentes apristas al velorio del padre de Gerald, Américo Oropeza, donde –en una foto- se les ve con la señal aprista junto a su féretro. Eso demuestra que había una relación especial entre García y el APRA con el padre de Gerald Oropeza. Y también con otros altos y bajos miembros de este partido.

¿Sabía Alan García en qué negocios estaba Américo Oropeza, que tras su muerte pasaron a su hijo Gerald? ¿Sabía que esas empresas obtuvieron millonarios contratos con la fiscalía, cuando Fernando Lazo era gerente general del Ministerio Público y apoderado personal de García? ¿Sabía que Facundo Chinguel, el jefe de la Comisión de Gracias Presidenciales, había sido abogado de la familia Oropeza y compró acciones de tres empresas de esta familia?

Sigamos. ¿Sabía que su secretario privado en Palacio de Gobierno, Luis Nava, quien negó conocer a Américo Oropeza, tiene una foto donde se le ve muy cerca al padre de Gerald y un cartel que decía “Américo Oropeza les da la bienvenida”? ¿Sabía que Luis Nava, quien lo ha negado, habría utilizado una de las oficinas donde trabajaba Facundo Chinguel, cuyos arbitrios eran pagados por Gerald Oropeza?

Dos preguntas más. ¿Sabía Alan García que dos militantes apristas de base, uno de ellos gobernador de La Molina, le facilitaron a Oropeza vivir en una mansión de La Planicie, La Molina, que fue de propiedad de José Enrique Crousillat? ¿Y sabía que Américo Oropeza y, su esposa, Pilar López, fueron candidatos al distrito de San Juan de Lurigancho y el Congreso de la República por el APRA?

Recapitulando: es poco creíble que Alan García, el político –según el analista Fernando Rospigliosi– más hábil y, de lejos, el mejor y más experimentado del Perú, no se haya enterado de los vínculos de dichos apristas con Gerald Oropeza. ¿Cómo es posible que el único expresidente que tiene como asesor a Dios no lo sepa? ¿No será que el silencio que le caracterizó sobre este tema se debía a que, más temprano que tarde, su nombre iba aparecer?

Y apareció. Y lo dicho por Gerald Oropeza en el audio, que el “tio Alan” y toda “su batería está a disposición de nosotros” es sumamente grave para Alan García. Se investigue o no su “batería”, Alan ya cayó. Si los 'narcoindultos' era la lápida que pesaba sobre la candidatura, lo dicho por Oropeza es el epitafio.


Escrito por

Jaime Antezana

Investigador.


Publicado en

Blog de Jaime Antezana

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