Pichis-Palcazu: “boom” de la coca, ruta de droga y narcovuelos.
Los días 1, 2 y 3 de julio pasado, tras el paso por las comunidades post erradicación de coca de Aguaytia, en la provincia de Padre Abad/Ucayali, nos dirigimos rumbo a Puerto Bermúdez y los distritos de Ciudad Constitución y Puerto Bermúdez, ubicados en la región Huánuco y la provincia de Oxapampa, Pasco, respectivamente. Esta dos provincias forman parte del antiguo -y aún vigente- Proyecto Especial Pichis-Palcazu, creado el 10 de octubre de 1980, con la finalidad de impulsar el desarrollo de las zonas pobres, particularmente en cuatro provincias: Oxapampa, Puerto Inca, Chanchamayo y Satipo. Los ríos que pasan por Ciudad Constitución y Puerto Bermúdez, el Palcazu y el Pichis, dan nombre a este proyecto.
Al corazón del escenario de este proyecto, ingresamos por el km. 86 de la carretera Federico Basadre, donde se ubica el Parque Nacional Alejandro Von Humboldt, ubicado en el distrito de Irazola, en la provincia de Padre Abad, que cruza provincias de tres regiones: Ucayali, Huánuco y Pasco. En efecto, las primeras comunidades que atravesamos pertenecen a Irazola y las siguientes a Tournavista y el centro poblado de Puerto Sungaro, estos dos últimos pertenecientes a la provincia de Puerto Inca/Huánuco. De allí seguimos a la ciudad capital de Puerto Inca (que se encuentra a unos diez minutos en movilidad y cruzando el rio Palcazu), para posteriormente seguir rumbo a Ciudad Constitución y Puerto Bermúdez.
Puerto Inca: ruta de la droga y crecimiento de la coca.
¿Qué constataciones obtuvimos en el trayecto del Km 86 hacia Puerto Sungaro y Puerto Inca? Por un lado, de los relatos que de manera natural escuchamos de las personas que viajan por esta ruta, que este tramo es una antigua ruta utilizada por los “traqueteros” para sacar cargas de droga que –ahora en menor proporción, por la erradicación del año pasado y parte de este año- se procesa en Aguaytia y, en parte, del Alto Huallaga. Según el chofer de la camioneta en el que viajábamos, “desde 1980, los ‘traqueteros’ empezaron a utilizar esta ruta. Llevaban sus cargas de droga hasta Constitución, donde operaba esta ‘Cachique’ Rivera”.
Dos casos –entre muchos otros- actuales confirman esos relatos. El primero, el 21 de setiembre de 2011, la policía de Pucallpa decomiso 7 kilos de PBC y media tonelada de insumos químicos en un operativo en Puerto Sungaro. El segundo caso, había ocurrido unos días antes de pasar por esta zona, el 28 de junio pasado, un operativo policial logro decomisar una carga de 460 kilos de cocaína en el km 86, en el que cayo detenido el alcalde del Centro Poblado de Puerto Pizana, Pólvora/Tocache, junto al chofer de la cisterna donde iba camuflada la droga. Este último decomiso revela que el narcotráfico ha incrementado notoriamente el tráfico de drogas por esta ruta.
De otro lado, escuchando las conversaciones informales y la observación directa, constatamos una importante presencia y crecimiento de los cultivos de coca en el tramo del Km 86 hasta Puerto Sungaro, es decir en territorio de Ucayali frontera con Puerto Inca/Huánuco. Un técnico de la zona nos ilustro: “en esta ruta existen muchas comunidades que tienen cultivos de coca. Macuya, Los Ángeles, Galicia y Shebonia, son algunas de las tienen mayor producción de cultivos de coca que se ubican en el distrito de Tournavista y los límites del parque Von Humboldt”. De este testimonio se colige que varias comunidades que, el año pasado fueron erradicadas, están resembrando coca o ampliando nuevas zonas con estos cultivos.
En el caso del distrito de Tournavista, destaca el sector de Bello Horizonte, donde –hace varios años- muchas personas de Puerto Inca siembran coca y procesan PBC. El mismo técnico nos explicó donde se está sembrando actualmente: “los cultivos se han internado más al fondo, porque allí hay tierras que han sido concesionadas y ahora ingresaron al saber que hace años nadie los cuida”. La nueva expansión de los cultivos de coca se produce en zonas sumamente alejadas de la carretera y la observación pasajera.
Algo similar ocurre en los demás distritos de Puerto Inca: Codo del Pozuzo, Honoria, Tournavista, Yuyapichis y el mismo Puerto Inca. "Aquí tenemos ese problema (los cultivos de coca para el narcotráfico) en los cinco distritos de la provincia", nos dijo escuetamente un técnico de agricultura de la zona. Una profesora de educación inicial de la ciudad de Puerto Inca fue más directa: "allá en el monte, donde también hay minería informal, se procesa la droga", señalo. El narcotráfico esta presente, pues, en todos los distritos de esta hermosa y alejada provincia de Huánuco. El incremento del accionar narco en este tramo esta, también, asociado a la presencia de los cultivos de coca.
Codo del Pozuzo: nueva zona de expansión de coca y narcovuelos.
De este mapa de la coca provincial, el Codo del Pozuzo es una de las últimas zonas donde ha extendido los cultivos de coca. Los caseríos –entre otros- de Los Ángeles, el Tornillado y Bajo Santa Isabel, son donde más se ha incrementado los cultivos de coca en ese distrito ganadero. No solo eso. El narcotráfico, desde hace unos dos años y medio, también empezó a utilizar a este distrito no solo como ruta de la droga hacia Pozuzo y de ahí hacia Oxapampa-Lima, sino también como zona de vuelos aéreos con cocaína. Eso quedo claro el jueves 20 de octubre del año pasado, en el sector de Pueblo Libre, cuando una avioneta con –según fuentes policiales- 500 kilos de cocaína no logro elevar vuelo.
¿Por qué no pudo elevar vuelo esa narcoavioneta? La versión más difundida en la zona es: que el dueño de una de las chacras de pasto que uso esa avioneta para aterrizar cerró su cerco de alambres, porque los narcotraficantes colombianos no le habrían pagado el cupo por el uso de su chacra. Los narcos en su afán de elevar la avioneta aceleraron y una de las hélices se atascó y volteo. Todos los esfuerzos de los narcos para que la avioneta pueda volar fueron infructuosos. Quedo inutilizada. Ante esa situación, los narcos trasladaron la droga a la camioneta que la había traído y se marcharon del lugar. La policía llego solo para incinerarla. Esa fue una pista clandestina.
Pero, según varias fuentes consultadas, los narcotraficantes también utilizaron –en mismo periodo- el antiguo aeropuerto del Codo del Pozuzo, ubicado en la zona denominado Isleria, que fue utilizado por la población de la zona hasta que se construyó la carretera a este distrito. De acuerdo, a un mototaxista de edad (de unos 60 años) los narcos habrían pagado 10 mil dólares por vuelo. En suma, sea o no real esa versión, lo real es que el narcotráfico convirtió al Codo del Pozuzo no solo en una nueva zona de producción de coca y droga en su periferia, sino también en una zona de exportación aérea de cocaína que proviene de Pichis-Palcazu.
Con la continuación del viaje a Palcazu, identificamos las zonas de producción de coca del distrito de Yuyapichis, donde también hay una fuerte actividad minería informal. La zona cocalera en esta jurisdicción arranca desde el poblado de Monterrico. Más adelante llegamos encontramos a El Dorado, una de las principales zonas de producción de coca y PBC en este distrito, donde arranca las zonas de mayor concentración. La producción de cultivos de coca continúa a lo largo de los pueblos hasta Ciudad Constitución. Estas se encuentran, como en los demás lugares, en las zonas más alejadas e “invisibles” del monte.
Ciudad Constitución: “boom” de la coca y vuelos con droga.
Tras dos horas y media de viaje de Puerto Sungaro, por una carretera con una primera base de asfalto, arribamos a Ciudad Constitución. Desde el ingreso a la ciudad, destaca e impresiona un gran número de medianas y grandes construcciones de hoteles y negocios que se le han ganado espacio al bosque. Estas construcciones sorprenden a cualquier visitante porque, más allá de algo de ganadería y cultivos de frutas y tubérculos en baja escala, esta zona no tiene una relevante producción de cacao y café, productos que –en otras regiones amazónicas- generan considerables ingresos a los productores.
Entonces ¿como se explica ese esplendor inmobiliario y comercial que se observa a simple vista? Una primera explicación podría ser la intensa e indiscriminada tala de gran parte de miles de árboles de madera fina (caoba. cedro, etc.), por los migrantes colonizadores que llegaron en el periodo 1984-1990, dos años después de su creación por Belaunde. Sin embargo, los hechos indican que no es así. En efecto, pues el mes de mayo de 1989, el MRTA dio muerte a uno de los jefes ashánincas, Alejandro Calderón, lo que provoco - a fines de ese mes- el levantamiento de los ashánincas contra esa organización terrorista.
Hacia el año 1990, el levantamiento asháninca y el escenario de violencia que se configuro, genero el éxodo de los migrantes. Con ese desplazamiento masivo, Ciudad Constitución quedo desolada; poca gente se quedó. A ese año, lo conocen como el periodo del desplazamiento y violencia. Ese año y 1991, fueron años de pobreza y falta de dinero. En este lapso, llego a su fin los años oro: de 1978 hasta 1980. Pese, a ese contexto difícil, sin embargo, los pocos que quedaron no pasaron hambruna. “No había plata, pero se comía bien. El caldo de gallina era el plato más pobre”, cuenta uno de los fundadores
En consecuencia, la tala indiscriminada del bosque de ese periodo, no puede explicar el esplendor económico e inmobiliario que hoy ostenta Ciudad Constitución. Los migrantes, colonos y golondrinos, que casi acabaron con los mejores arboles de madera fina que había en el monte y también los contrabandistas, se llevaron sus ganancias a sus tierras de origen cuando se desplazaron masivamente. Es decir, el dinero salió fuera del lugar; no se invirtió en la zona. En ese tiempo, Ciudad Constitución no llego a tener lo que hoy destaca protuberantemente: hoteles, negocios y camionetas modernas. La explicación está, pues, en otra actividad.
La primera etapa de la coca. Centro de operaciones de Cachique Rivera
¿Qué actividad puede generar los recursos para que –en pocos años- Ciudad Constitución, creado como distrito el 15 de junio de 2010, tenga edificios, camionetas modernas y una dinámica comercial intensa? Uno de los antiguos fundadores de este nuevo distrito, nos explicó cómo esta zona ha obtenido la fisonomía actual, particularmente su casco urbano. Esta situación, según nos señaló, tiene que ver –no exclusivamente, pero si en gran medida- con las etapas de la producción de coca y el procesamiento de PBC. La tala de madera también tiene su cuota en el rostro actual de la capital. Veamos.
En Ciudad Constitución, de acuerdo al fundador entrevistado, ha habido tres momentos de la coca y el narcotráfico desde su creación. La primera etapa, post desplazamiento y violencia de 1989-1991, arranco el año 1991 y se extendió hasta, más o menos, al periodo 1994-1996, caracterizado por la aparición y expansión de los cultivos de coca. En efecto, a inicios de 1991 que -según esta fuente- aparece la “volada” que se empezó a sembrar coca en esta zona. Pero, según la misma fuente, fue hacia fines de 1991 e inicios de 1992, que se hizo visible la existencia de estos cultivos en esta cuenca del rio Palcazu. Este crecimiento coincidió con el ingreso de firmas procedentes de Tingo María y Aguaytia a esta zona. Una las firmas más importantes que entro a esta zona es la de Cachique Rivera, que lo convirtió en uno de sus centros de operaciones.
En esas circunstancias, los sembríos de coca crecieron notablemente en el inmenso bosque, donde previamente “rociaban” (talaban y quemaban) los árboles para después instalar los cultivos de coca. Pero, no solo se limitaron al cultivo de coca sino que -en esas mismas zonas de producción- muchos de los productores colonos, construyeron un número indeterminado de pozas de maceración de PBC. La pasta que se procesaba en el monte la compraban las firmas que se instalaron allí. Pero, estas no se limitaron a eso.
Estas también utilizaron a esta zona, que –en ese tiempo- pertenecía al distrito de Puerto Bermúdez, como ruta de la droga o centro de acopio de los cargamentos que precedían de Aguaytia y, en parte, del Alto Huallaga. Es decir, que, por un lado, la droga salía por Villa Rica rumbo a Chanchamayo y Lima y de otro, eran enviados en vuelos a través de pistas clandestinas o el mismo aeropuerto de la ciudad, rumbo a Colombia. Las firmas, como en las zonas de procesamiento de PBC, acopiaban y vendían la droga a los carteles colombianos
En este lapso, la tala desmesurada de árboles, el crecimiento de los cultivos de coca y la producción, acopio y transporte de PBC, convirtió a Ciudad Constitución y zonas aledañas (Yuyapichis, Puerto Inca y parte del distrito de Puerto Bermúdez), en un polo de recepción de importantes flujos de migrantes de diversos lugares del país, que llegaron a poblar esta zona, atraídos por la bonanza económica generada de la coca y la droga. “En ese tiempo, constitución se convirtió en una ciudad muy grande”, nos cuenta el fundador.
Hacia fines de 1994, este esplendor de la coca empezara a declinar in. Según nuestra misma fuente, esto se debería a que se “empezó a fumigar” la coca. Más allá de que ese dato sea o no real, lo concreto es que –desde esa lapso- los cultivos de coca empezaron a secarse. “La coca se fue secando, sin explicación”, nos contó nuestro contacto. El declive de los cultivos de coca se prolongó hasta 1996, que los escasos cultivos de coca llegaron a su fin. A ello se sumó, a mediados de 1995, el retiro de los carteles colombianos. Así llego a su fin la primera etapa de la coca para el narcotráfico
La etapa actual. El boom de la coca y narcoavionetas
Entre 1996 hasta el 2002 es una etapa de decadencia de la coca. Al esplendor de la coca y la droga, le sucedió el boom de la madera. “La explotación de madera fue criminal. Arrasaron con todo. Todo lo han depredado”, no cuenta el fundador de esta ciudad. Más aun, según nos contó nuestro entrevistado, la población depredadora conto con el apoyo del organismo del Estado: “por medio del gobierno (se refiere a INRENA) se legalizo lo ilegal (el contrabando de madera)”. Desde ese periodo, en Ciudad Constitución hay pocos arboles maderables. El bosque ha sido prácticamente depredado.
En ese contexto, a partir de los años 2002 y 2003, el Programa de Desarrollo Alternativo Pichis-Palcazu-PRODAP, auspiciado por la Comunidad Europea y el Programa de Desarrollo Alternativo (PDA), auspiciado por USAID inician sus actividades en esta zona. Estos programas promovieron actividades ganaderas y –en menor proporción- la instalación de hectáreas de cacao. Sin embargo, la ejecución de ambos programas de la cooperación internacional coincidió con el inicio de la nueva etapa de producción de coca.
La nueva etapa de la coca empezó el 2002, con la llegada –según varias fuentes- de los colombianos. Esa es la paradoja de esta zona: justo cuando están en ejecución los programas de desarrollo alternativo empieza el nuevo ciclo de la coca asociada al narcotráfico. Fue, entre el 2002 al 2004, que los cultivos de coca re-empezaron una tendencia al crecimiento. Ante ello, el año 2004, ingreso el CORAH a erradicar los cultivos de coca ilegales en crecimiento, que enfrento la protesta de los cocaleros de El Dorado (Yuyapichis) y Palcazu (Ciudad Constitución), en defensa de estos cultivos.
Pero, esta acción de control de la coca ilícita fue no solo no solo fue parcial (no cubrió toda la zona con coca) sino también una acción aislada y fugaz. No entendemos porque razón. Pues es difícil de creer que la protesta cocalera haya sido de tal envergadura para poner coto a la erradicación de la coca en estas zonas. Ergo, después de esta erradicación forzosa en ambas zonas, el CORAH no volvió más en Ciudad Constitución ni zonas aledañas. En otros términos, el crecimiento de los cultivos quedo sin control alguno, pues tampoco hubo –ni hay- control de insumos químicos y la destrucción de pozas de maceración es inexistente o intermitente.
En ese contexto, caracterizado por la ausencia control antinarcótico, el crecimiento de los cultivos de coca se desboco. Efectivamente, entre los años 2005 al 2010, según ONUDD, el crecimiento de la coca en Palcazu-Pichis y Pachitea, donde se ubica Ciudad Constitución, fue exponencial: paso de 211 hectáreas del año 2005, a 3,323 hectáreas para el 2010, es decir un incremento de 1,574 %. Sin duda alguna, que se trata de un incremento espectacular que amenaza en convertir a estas cuencas en una zona similar al VRAE: en una zona de gran concentración de coca.
Ahí está, pues, la explicación de la actual fisonomía urbana, los negocios y camionetas modernas que existe en Ciudad Constitución, que paradójicamente no cuenta siquiera con adecuados servicios básicos (agua potable, desagüe). No solo eso. Explica también las dos calles céntricas atiborradas de discotecas y video pub con chicas de compañía, que operan como burdeles al paso. Asimismo, la existencia de un burdel, en la misma ciudad, cuyo nombre es “Las Chicas de la mafia” y los múltiples ajustes de cuentas que se han convertido parte de la vida cotidiana.
Aun cuando los cultivos de coca no son visibles a simple vista (pues se encuentran a dos o tres hora de la ciudad), es moneda corriente en las conversaciones. Los pobladores, casi sin excepción, aceptan que la coca ha crecido mucho y que “sin coca” no habría plata. “Si se acaba la coca, ya no habrá negocio” nos dice una comerciante del mercado. Un joven mototaxista, de las decenas que se mueven por las calles, afirma: “en la noche trabajo con mi moto y en el día, desde muy temprano, voy a cosechar coca con mis amigos”. Más adelante agrega. “cualquiera no puede ir a las chacras con coca. Solo van los conocidos. Las chacras están protegidos por francotiradores”
Otras zonas que visitamos nos dejaron más clara la película. En Orellana, una comunidad en la margen derecha del rio Palcazu, un joven nos dijo lo siguiente: “por esta zona, a media hora, hay mucha coca. No se ve desde acá, pero allí mismo procesan”. Sin embargo, lo que constatamos en Yarina, una comunidad asháninca a unos 45 minutos de la ciudad, es algo nos pintó la real envergadura que el narcotráfico ha adquirido en la zona. Allí, el 23 de mayo, en una parte plana al frente de esta comunidad, en la parte alta del rio Palcazu, la policía logró decomisar 445 kilos de pasta básica de cocaína lavada.
Este duro golpe al narcotráfico no fue uno más. La incautación de los 445 kilos de PBL fue precedido por un enfrentamiento armado entre la policía y los narcotraficantes que trajeron la droga en –y esto es importante- en una pista clandestina que era utilizado, no sabemos desde cuándo, para sacar cargas de pasta básica lavada (casi cocaína) rumbo a Bolivia o Brasil. “Fue en la mañana, al frente. Nos asustamos porque sonó varios disparos, nos relató una pobladora de la zona. Al final, los narcotraficantes huyeron dejando la droga y la narcoavioneta que venía a recoger la droga, no aterrizo.
Los cultivos de coca están, pues, en ascenso en Ciudad Constitución. O, como nos dijo el fundador que conversamos, “ahora estamos en el “boom” de la coca, pues han desbordado los cañones de la primera etapa. Y eso no es un secreto en la zona ni en la provincia. Desde hace muchos años, es “vox populi” que Lorencillo y Unión Siria y Kimpiriari, son las principales zonas de producción de coca y de refinamiento de cocaína. Tampoco –como lo hemos señalado antes- que los cultivos ilícitos de coca ha crecido libre y desmesuradamente en todo el contorno de este nuevo distrito.
Ensamblando las piezas: hay un “boom” de la coca en curso, se ha intensificado el tráfico de la droga rumbo a Pucallpa o Lima, se ha reactivado los vuelos de narcoavionetas a Bolivia y Brasil, ha surgido patrones de firmas locales y, como consecuencia de ello, ha crecido el comercio y las construcciones. En suma, la impronta de la economía del narcotráfico ha permeado todos los aspectos del quehacer social. Y, podemos afirmar que es una zona prácticamente liberada para el narcotráfico.
Abriendo el panorama. Un nuevo VRAE en curso.
Ahora bien, lo que está ocurriendo en la provincia de Puerto Inca y Ciudad Constitución no se restringe a estas dos zonas. De ninguna manera. Es un proceso que también involucra a otros distritos de la provincia de Oxapampa: Puerto Bermúdez, Pozuzo e Izcosacin. A continuación, grosso modo, dibujaremos la situación en dichas zonas. En el caso de Puerto Bermúdez, no solo tiene un importante número de comunidades con cultivos de coca sino, también, es donde operan varios patrones de firmas, antiguas y nuevas, que mueven la droga principalmente de Ciudad Constitución hacia Lima. Estos son los lavan activos en su zona y fuera de ella.
En el distrito de Pozuzo, creado por colonizadores austro-alemanes e inmigrantes de la sierra de diversos lugares, los cultivos de coca –al igual que el Codo del Pozuzo- está en pleno crecimiento, particularmente en las comunidades de la parte alta de ese distrito. Tingo Mal Paso, Buenavista, Santa Virginia, etc., son las zonas donde la coca no solo está creciendo sino que se procesa PBC. Esa situación contrasta con la parte baja de este distrito donde predomina la producción del café, la ganadería y los productos lácteos derivados de ella.
Por último, el distrito de Iscozacin también ha experimentado un notable crecimiento los cultivos de coca. Incluso, según técnicos forestales de la zona, el crecimiento sería mucho mayor que Puerto Bermúdez y Pozuzo. “El crecimiento de los cultivos de coca ha sido tremendo y a vista de todos. Hicimos el mapeo y solo quedan 300 has de bosque. En una comunidad Shiringamazú que se suponía que debían tener miles en comparación a años anteriores, hoy está lleno de coca”, nos relata el técnico forestal que trabaja en la zona. El panorama está, pues, dominado por la coca, narcotráfico y madera ilegal.
En conclusión, el narcotráfico ha convertido a una parte del vasto escenario geográfico de las cuencas de Pichis-Palcazu y Pachitea, en centros de producción de coca, procesamiento de PBC y refinamiento de cocaína, así también en una ruta de la droga y, con la identificación de tres pistas de aterrizaje, en una zona de exportación aérea a Bolivia y Brasil de la droga que se produce dentro y fuera de estas cuencas. Este proceso está en curso, en ascenso; lejos de llegar a su techo. En ese sentido, debido al enorme espacio potencial para estas actividades y el mínimo control antidrogas, es posible que se convierta –en unos tres a cuatro años- en un nuevo VRAE..