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Asesinato de dos personas en colegio de San Juan de lurigancho, Trome.pe

San Juan de Lurigancho: la emergencia de “narcocholos” y la intensificación de los "ajustes de cuentas" del narcotráfico.

Una nueva aproximación a los últimos asesinatos en dos colegios de este distrito popular.

Publicado: 2015-05-25



El distrito de San Juan de Lurigancho, el más denso del país, saltó a la fama con el caso de Gerald Oropeza: él y su familia había vivido en este distrito popular de Lima antes de tener las grandes propiedades que se han intervenido y vivir -por un militante aprista- en La Planicie, La Molina. Un clan familiar, investigado por lavado de activos y trafico ilícito de cocaína, salido de uno de los distritos más populares de Lima puede ser -sin duda- la confirmación de un cambio en la fisonomía del narcotráfico nacional: su rostro cholo, plebeyo.

Gerald Oropeza: un posible caso paradigmatico de la "cholificación" del narcotráfico.

Aun cuando sabíamos que la destrucción - en la primera década del siglo XXI - de laboratorios de refinamiento en algunos distritos populares (Puente Piedra, Comas, etc.) de Lima, que daba cuenta de la emergencia de narcoscholos en el mundo urbano-popular, sin embargo, el caso de Gerald Oropeza puede ser uno de los casos paradigmáticos de la “cholificación” del narcotráfico nacional. Así, a diferencia de los 80 y 90, el narcotráfico tendría (y tiene) un rostro cholo y mestizo.

El caso de Gerald Oropeza no sería una excepción. Los múltiples “ajustes de cuentas” perpetrados por sicarios, no de extorsionadores, del narcotráfico revelarían que si existen más clanes o firmas del narcotráfico en este distrito. ¿Por qué? La razón es sencilla: los “ajustes de cuentas” son la “depuración” o “limpieza” que los clanes del narcotráfico realizan en sus filas o de quienes les han fallado en algunos aspectos del negocio. Es un indicador fenoménico de la presencia de clanes del narcotráfico.

“Ajustes cuentas”, un indicador de la presencia del narcotráfico.

El ascenso de una “narcocholedad” viene aparejado con “ajustes de cuentas”. Es consustancial a esta. Una mirada retrospectiva, sin pretender abarcar todos los casos, nos mostrara su presencia en el distrito más denso del Perú. Veamos algunos “ajustes de cuentas” narco. El 3 de enero del 2010, entre las avenidas Lima y Amazonas, en Caja de Agua, por donde caminaba el mototaxista Walter Enrique Cueva Capcha, recibió tres balazos. Falleció cuando era atendido en el hospital. Según la policía, parece ser un “ajuste de cuentas” por drogas, ya que los presuntos asesinos están vinculados a dicho negocio ilícito.

Otro más. El jueves 24 de octubre del 2013, el controlador de unidades de transporte público Carlos Contreras fue encontrado en una calle de San Juan de Lurigancho con dos impactos de balas en la cabeza. Y, además, fue atropellado por una unidad móvil. Los peritos de criminalística encontraron entre sus pertenencias una tabla de control de transporte público, un canguro, un celular y dinero, descartándose el robo como móvil. Dos balazos en la cabeza sin robo es un “ajuste de cuentas” de sicarios del narcotráfico.

Dos meses después ocurrió otro “ajuste de cuentas”. En efecto, el jueves 19 de diciembre, al promediar las 6 pm, el joven Raúl Fernando Ruiz (19) fue impactado por cuatro balazos en la cabeza a pocas cuadras de su casa, en San Juan de Lurigancho. Según testigos, una persona a bordo de un vehículo llamó al adolescente cuando salía de una reunión. Poco después, el atacante le disparó a sangre fría. Falleció en el hospital de Canto Grande. La Policía reveló que Raúl Ruiz fue intervenido en octubre de este año por tenencia ilegal de armas y drogas. Es claro que fue un “ajuste de cuentas”.

Y, finalmente, lo que no significa que ahí acaban los “ajustes de cuentas” narco, el miércoles 15 de octubre del 2014, a la 1.30 am, Noel Diego Pinedo Álvarez fue hallado al lado de un árbol del parque La Justicia, a la altura del paradero seis del asentamiento humano Huáscar, por el Escuadrón de Emergencia Este 1. Noel Pinedo fue acribillado de siete balazos, tres de estos en la cabeza. ¿A qué se dedicaba? Según las primeras investigaciones policiales, se dedicaba a la venta de droga al menudeo. No hay duda: se trata de otro “ajuste de cuentas” por sicarios del narcotráfico.

Decomisos de droga: la prueba de la presencia de “narcocholos” emergentes.

Aunque parezca increíble, siendo una zona de consumo de drogas, la policía ha decomisado varias veces cargamentos de droga en este distrito. Uno de los casos más relevante --hasta el momento- fue la intervención, el 22 de junio del 2007, en Huachipa, de un 'mega laboratorio' en el distrito de San Juan de Lurigancho, en el cual se decomisó 461 kilos de clorhidrato de cocaína. La banda de ese mega laboratorio exportaba a Hong Kong cocaína mezclada con polímero, que le daba la apariencia de láminas de plástico.

El 20 de febrero del 2011, en un inmueble de la calle Pedro Miotta 830, urbanización Industrial, se detuvo a los ciudadanos holandeses Martín Erik Klinkenberg (40) y Michel Delvoix (46) con 143 kilos 976 gramos de alcaloide de cocaína. Ese mismo día, en otra zona del mismo distrito, la policía detuvo a cuatro personas con 6 kilos 920 gramos de alcaloide de cocaína, se incautó un vehículo y nueve mil dólares. En conjunto: 150.996 kilos de cocaína. O sea, cocaína pura.

Coligiendo: SJL es una zona de acopio de droga. Cabe destacar el dato más sorprendente: la captura de ciudadanos holandés con la droga en un distrito popular de Lima. No es la primera vez que caen holandeses traficando droga, pero si es la primera vez que se les detiene en una casa con droga en un distrito popular de Lima. Ä fines de este año, el 19 de noviembre, en la zona de Zarate, efectivos de la Dirandro incautaron 161 kilos de alcaloide de cocaína en una camioneta Nissan Frontier 4X4, una cantidad ligeramente superior al anterior decomiso.

El decomiso de cargamentos de cocaína en San Juan de Lurigancho (SJL) es la prueba inequívoca de la presencia de clanes de la droga o narcotraficantes en este distrito. Visto así, Gerald Oropeza seria, nada más ni nada menos, que la expresión emergente de los “narcocholos” emergentes. El volumen de la droga decomisada y sus vínculos con ciudadanos extranjeros, indican que hay otros clanes poderosos. Y, los “ajustes de cuentas” son las fauces asesinas y criminal de los clanes y firman que, sin darnos cuenta, se han configurado en este distrito popular.

Ergo: no puede descartarse que los últimos asesinatos en dos colegios de San Juan de Lurigancho sean, en realidad, “ajustes de cuentas” perpetrados por sicarios del narcotráfico y no la acción de extorsionadores. Hay que tener en cuenta que, desde mediados de los 90, se lava activos en instituciones educativas en el país. Hay que tener en cuenta que en la campaña electoral hubo un candidato que construía obras públicas con su dinero. Y, no hay que olvidar que hay "narcocholos" emergentes y que el clan Oropeza proviene de ese distrito.


Escrito por

Jaime Antezana

Investigador.


Publicado en

Blog de Jaime Antezana

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