VRAE: ¿preparando la erradicación forzosa de los cultivos de coca ilegales?
En estos momentos, según varios testimonios de la zona, está terminando la instalación del campamento del Proyecto Especial de Control y Reducción de Cultivos Ilegales en el Alto Huallaga (Corah) en la salida de Pichari, uno de los principales distritos del Valle del Rio Apurimac y Ene (VRAE). La instalación de este campamento se ha realizado con hermetismo y silencio oficial: nadie lo ha anunciado ni hay ningún letrero que indique que es un campamento de dicho organismo, encargado de la erradicación forzosa de la coca ilegal en el Perú.
Este silencio y hermetismo oficial, sin embargo, no ha sido un obstáculo para que los cocaleros se den cuenta que se estaría preparando la erradicación de la coca en esta zona. Presagiando lo que puede venir, los cocaleros han convocado a un paro para el 7,8 y 9 de julio ¿Estamos, realmente, frente al preludio de la erradicación forzosa de los cultivos ilegales de coca en el VRAE, a contrapelo de que el gobierno de Ollanta Humala ha mantenido el "statu quo" de la coca y, por consiguiente, del narcotráfico?
La respuesta es la siguiente: parece que estamos en el preludio del ingreso de la erradicación forzosa de los cultivos ilegales en el VRAE, cuenca cocalera donde nunca se ha erradicado la coca y principal zona de producción de este cultivo (21 mil hectáreas) y cocaína (165 toneladas de cocaína). Los hechos indican eso: el gobierno no ha vuelto a reactivar la Mesa de Dialogo con los cocaleros (quienes exigen una reunión) y ha instalado el campamento del Corah.
Estas dos actitudes del gobierno revelarían que se está preparando la erradicación forzosa en el VRAE. De ser así, estaríamos ante una ruptura en la orientación que ha caracterizado el gobierno con esta cuenca. Efectivamente, en cuatro años de gestión gubernamental Ollanta Humala se negó a erradicar los cultivos ilegales de coca o, lo que es lo mismo, no enfrento al narcotráfico. Les dejo operar, prácticamente, libre a los narcotraficantes. Es así. No es una exageración. ¿O alguien cree que si lucho contra el narcotráfico?
En enero del 2013, DEVIDA y el presidente Ollanta Humala anuncio la erradicación de 16 mil hectáreas de coca. ¿Qué paso tras este anuncio? El mes de mayo de ese año, dejando pintado a DEVIDA, Ollanta Humala falto a su palabra: ordeno al ministro de agricultura crear una Mesa de Dialogo con los cocaleros y anuncio la creación del programa de reconversión voluntaria de la coca por productos alternativos. O sea, como veremos inmediatamente, no quiso enfrentar al narcotráfico.
El programa de reconversión se creó ocho meses después de su anuncio. ¿Fue una alternativa para reducir los cultivos de coca por productos alternativos? No. Dicho programa nació muerto. Los cocaleros que entregan sus cultivos de coca al programa de reconversión y reciben un pago mensual (600 soles) y la instalación de cacao, café o piña abren otras chacras de coca. Productos que quieren aprovechar, mientras abren nuevas chacras de coca y reciben dinero mensual hasta que los productos señalados produzcan.
En suma, un gasto de dinero innecesario del erario con tal de mantener el statu quo de la coca. Una coartada para no erradicar y no comprometerse con una estrategia de lucha contra el narcotráfico que sustituya a la estrategia antisubversiva, donde ya no hay terroristas ni senderistas. Los ex senderistas son, hoy, narcotraficantes.
¿Y los militares? Las FFAA fueron -y son- los principales opositores de la erradicación forzosa de los cultivos de coca (efectivamente, los años 2012 y 2013, los militares rechazaron la erradicación aduciendo razones de seguridad). Obviamente, tampoco quieren una lucha frontal contra el narcotráfico. ¿Por qué? Muy sencillo: muchos militares han llevado al VRAE a enriquecerse de los cupos de las narcoavionetas y los decomisos de cocaína. Eso es vox populi en el VRAE. Pero eso no le interesa a Gorriti, quien es el principal justificador de la estrategia militar antisubversiva.
Ahora bien, si el gobierno de Ollanta Humala apuntara a erradicar los cultivos ilegales de coca del VRAE se enfrentaría a los mismos problemas que estuvieron a la base para no hacerlo en los casi cuatro años de gobierno: la organización del clan Quispe Palomino se ha recompuesto post abatimiento de “Gabriel” y “Alipio”, los cocaleros se preparan para defender la coca con protestas y –de ser necesario- las armas que heredaron de la lucha antiterrorista de los 80 y 90 y los narcotraficantes y los pelotones de sicarios son más fuertes y, eventualmente, defenderían también los cultivos de coca.
Finalmente, si existiera la decisión de erradicar forzosamente la coca ilegal en el VRAE, Ollanta Humala tendría que asumir las consecuencias lógicas de esa decisión: cancelar el inútil programa de reconversión productiva y –esto es lo más importante- ensamblar una estrategia de lucha contra el narcotráfico que sustituya a la estrategia militar antiterrorista. Así es: si el gobierno ha decidido enfrentar al narcotráfico y dejar combate al inexistente “terrorismo”, carece de sentido mantener a las FFAA en el VRAE. Estas no están concebidas ni facultadas para luchar contra la industria de la droga.
Eso implicaría el desmontaje de una concepción y estrategia unilateral y equivocada que se viene implementando en el VRAE. Y¿Se atrevera Ollanta Humala a diseñar e implementar una estrategia integral de lucha contra el narcotráfico en el VRAE?